lunes, 19 de enero de 2015


"Sin ti, las emociones de hoy no serían más que la piel muerta de ayer".
- Hipólito.

Entonces me dijiste que aquella melodía te sonaba triste, más en lo profundo de mi corazón yo la siento como el más hermoso grito de mis sentimientos hacía nosotros, hacía todo lo que siento en éste precioso y preciso instante.

Comienza sonando suave, ¿cómo más inicia un corazón roto a amar?, pero levemente se va acelerando y llega al punto en que no puede detener con las manos al universo entero que se alberga ahora en su pecho.

Se mezclan mis recuerdos, y veo, veo tardes soleadas y tristezas del pasado, te veo claramente sonriendo, bailando, riendo; es como si la melodía albergara un baúl de memorias.

Luego se hace una pausa dulce, ese cariño inmenso que de pronto nació en ti hacia mi, y yo sólo era oídos para tus palabras.

Con el tiempo, todo sigue, se va tornando más denso, peligroso y feliz, pero todo cuesta, es difícil atravesar largas tormentas de arenas, pero nos veo, juntos al final de cada una como si nada pudiera ser más fuerte. Reconozco ese brillo cuando te emociones y lo recuerdo cada noche como algo insesante e irrepetible al mismo tiempo, con una mezcla de emociones que se van duales, entre la pasión más loca y el amor más dulce.

Quizá no sea fácil de entender, pero me dejo llevar entre sentimientos y ese bello vals... entonces duermo y todos tus gestos y tu amor incondicional queda grabado para siempre y yo, despertando por la mañana me preparo para otro de esos días cargados de emociones, que se sienten como una increíble travesía, me hace sentir viva.

Esa sensación que me da cada vez que te veo, el cómo podría simplemente enamorarme de tus pestañas una vez más, podría reposar en tu pecho muchas otras veces y sentir como tu latido se tranquiliza y conforme el mio también. Todo un mar de cosas simplemente hermosas y eso es lo que se esconde en mi mente cuando paso las horas oyendo el mismo vals.