domingo, 19 de enero de 2014

Roba mi invisibilidad.

Estoy tocando notas invisibles de lo que ya no puedo sentir, "el dolor es mejor a no sentir nada" suelo decir, pero ésto está acabando con todo sentido.. Parece que voy al borde, al imprudente borde del precipicio.
No estoy en el suelo, ni de pie, y es cobarde mantenerme así, ni de rodillas estoy, hace mucho que no lo estoy. No puede despejarme el suelo frío, no arregla nada sentirme de nuevo en el vacío.

Parece que no me dejo tiempo ni de respirar, una tarea nueva quizás matará éstos pensamientos... Apúrate, no hay tiempo mañana, ni lo habrá. Cada día estoy tratando más fuerte de no verme destruida al espejo, y sólo noto que logro lo contrario, pero me aferro, mañana lo que hago se notará más que las lágrimas que de los ojos me empiezan a brotar cuando tengo tiempo de pensar.

Atragantadas las dudas en un té, estoy cansada y ya lo sé, de nada sirve irme a dormir, si mi cabeza no descansará ésta noche ni nunca más. Parece que estoy esperando que por fin lo justo toque mi puerta, y veo que llega a mi puerta sino a mi, quizá hoy es mi fin.

No sé como terminar, ni siquiera quiero pensar en comenzar, ¿alguien me puede decir cómo continuar?, estoy aquí esperando que un soplo de viento me lleve hacia donde halle felicidad. ¿Podrías tu guiar mis manos llenas de heridas?, podrías tu abrazarme y poner cada trozo de mi alma en su lugar?. quiero reir, volver a vivir como si no quedara tiempo para disfrutar el momento un poco más, no para agotar los momentos para evitar recordar.

Dame una razón para sentir que sigo aquí.

martes, 14 de enero de 2014

Estrella fugaz, cúmpleme éste deseo...

 Abrí mi pecho y tomé la pulpa fribrosa que un día contuvo sentimientos, tomé de la repisa los frascos con etiquetas por meses del último año, llenas de un líquido salado que solía surgir de mis ojos; mezclé todo en un tazón con restos de las pinturas que antes nacían de mi...

 Puse todo en un tamiz, con una pluma, cinco entradas de cine usadas con malos recuerdos picadas en trozos, unos pétalos de una rosa de mi decimoquinto cumpleaños, restos de un disco con esa canción que te cantaba... Todo ésto a modo de adorno., hice una linda hoja de papel rojizo.

 La dejé secar al sol por unos días, mirándolo por horas. La picó un pajaro, la relamió una mosca, la olfateó una abeja y fue pista de aterrizaje de avispas. Al final, sólo era un papel seco que ni los insectos y pajaritos notaron ya.

La tomé y despacio escribí:

El cielo parecía pintura...
 y tu risa 
¡oh!
tu risa
 eterna melodía mía.

Las montañas parecían hormigas
y el sol,
¡oh!
el sol
cristalizado resplandor.

La calle parecía castillo
y las flores,
¡oh!
las flores
parecían indicarme el camino.

La vida parecía un poema,
y la felicidad, 
¡oh!
la felicidad
inundaba mis venas.

Pero ya no encaja aquí,
belleza y dolor
en éste destripado corazón.

Pasó el tiempo y la hoja se avejentó, se hizo polvo...
Un día, tras unos pasos rápidos y el dibujo fugaz de una sonrisa, se fundió amor con sacrificio y se creó un aperlado y lindo cristal, en forma de corazón, teñido de rojo, solemne y perfecto fue llevado en el pecho a un encuentro esperado, a ser llenado de mucha risa, bañado en sol, cubierto de felicidad y repelente al dolor.

Estrella fugaz,
cumpleme éste deseo...
Yo tengo el recuerdo feo,
Tú hazme un corazón de trofeo.