martes, 16 de diciembre de 2014

Contigo, así el mundo se desboronara ante mis ojos sin poderlo detener y el cielo se tornara oscuro para siempre, estaría bien, y es por algo que de ti siempre voy a recordar, pasó hace tiempo, pero es lo primero que se me viene a la mente cuando pienso en ti.

Cuando me invitaste a a la academia, y estaba muy intimidada, me acuerdo que bailaste y brotó de ti, como si hubiese estado contenida, una sonrisa espectacularmente hermosa, la verdad quedé más que prendada a ti, y cada vez que te veo sonreír, me enamora un poco más. ¿Te ha sonado ésto un poco superficial?, espero que no, lo digo porque en esa sonrisa se te nota la sencillez, la soltura, tu amabilidad, esa incomparable gracia que tienes para hacer parecer todo simple; como si sonreír así de lindo fuera cuestión de hacerlo y ya está.

Ahora, cambiando de tema, me emocionan mucho los cumpleaños y los aniversarios porque puedes mirar atrás y decir, ¡oh, mira cuanto cambia en un año! y quería felicitarte a mi manera, sin decir lo de siempre.
Quiero recordarte cómo eres bondadoso sin límite, la verdad me enternece el corazón la preocupación que puedes tomar por un ser querido; tienes miedos, mi amor, y creo que se resumen en ver lastimado a alguien a quién aprecias ver feliz.

Me alegra mucho tu forma de ser, me hace un poquito más abierta al mundo, aunque mas recatada en muchas formas. Te gusta la formalidad, aunque no lo parezca, y eres muy gracioso cuando te apegas a todas las reglas y de pronto rompes unas mil. Eres muy sencillo en la manera de actuar, y transparente, dejas ver aquello que ofreces al mundo sin ninguna pena, siempre que sea lo correcto.
Aunque me consta lo complejo que puedes resultar cuando tienes en frente un gato encerrado, una de esas marañas de mentiras en que algunos nos solíamos enredar.

Si tuviera que describir el sentimiento que me nace al escribirte esto, es amor en su forma más simple, ¡Aprecio!, y es que antes de gustarme, aprendí a apreciarte, con cada uno de tus detalles y tropiezos, y a ver como joyas tus más incómodos secretos. Y si te tuviera enfrente otra vez, tomándome la mano y sonriendo antes de bailar, te hubiese elegido, y en cualquier otra situación; por que fue tu iniciativa penosa lo que me intrigo tanto de ti y me hizo querer conocerte, como quién se enamora de un bosque y no quiere pararlo de recorrer.

El amor que siempre tratas de expresarme me ha hecho llorar muchas veces de felicidad, apenas conocía yo eso, y quizá no sea lo más conveniente llorar cuando estás contento, pero cuando pronuncias un Te amo o me besas discreto, siento la sinceridad de tu amor en ese acto y es tan puro y bello, que...¿que podría decir yo al respecto?
Lo único que se me ocurre es Maravilloso, todo lo que siento contigo es simplemente eso.

No te puedo negar, que a veces mis indolencias de apresurada me hacen acometer en contra tuya y reclamarte hasta por la cosa más insignificante, no siempre mido el peso de mis palabras, ni lo brusco de mi andar, pero mi último pensamiento antes de irme a soñar, eres tú, sonriendome, tómandome de la mano y llevándome siempre contigo.

A donde hayas de ir, cuenta conmigo, aún cansada, aún si no es de mariposas y flores el camino, espero que éste sea uno de esos cumpleaños que recuerdes con cariño.


Mis más tiernas palabras y mis mejores eternos deseos para ti,
 Feliz Cumpleaños -----, mi amor.

Te ama,
tu linda novia,
tu princesa terca, 
tu compañera fiel.

martes, 2 de diciembre de 2014

Primavera.

Ensueño mágico de la noche oscura, la cálida brisa ronda del atardecer, la niebla lejos por las colinas susurra y la misma luna le sonríe a los prados y malhumorados.

En un lecho de rosas el reposo, sin espinas ni cortadas, magnífica velada de pequeñas proporciones, movimiento lento del sentimiento mas puro.

El paisaje acaricia las narices y distrae la vista, un ambiente colmado de colores silvestres, perfectos en su sana imperfección.

Con los pensamientos alineados en paz, con la certitumbre de un 'quizá' y el consuelo de una ilusión rota se enredan los cabellos al compás de tantas contradicciones.

Sueñan los viajeros con tanta belleza por ver, ignorando lo que la estancia les da para reverdecer. En la mañana amarilla y traviesa, recorren los caminos cuales presas.

Estelas de estrellas opacas inundan los quehaceres de quien reía un día y en la amargura se consume, con la ventana abierta rebosante de fragancia de flor recién tocada con amor.

Y suele esconder, tanto el mundo por ver,  que desde un primer día ha de ser mi intriga, ¿cómo florece tu primavera? ¿cómo floreces conmigo en ella?

sábado, 22 de noviembre de 2014

Sueño contigo hasta donde las estrellas pasean.

Me dedico a caminar entre las casas por allí y tengo ese valioso tiempo de ver pequeñas cosas hermosas, además de poder pensar en el silencio, es glorioso poseer esos momentos.

Noto que ya he tenido un beso bajo la lluvia, una de esas interrogaciones de "quien sabe mas de quien", aunque él sabe mucho más de mi que yo misma, jamás podré ser detallista al nivel de él.

Valoro cada detalle, muchas veces me quedo apegada a alguno, una canción, una frase, una ocurrencia; si él no está entonces lo evoco a mi, en esas, y otras tantas maneras.

Quizá quiero dejar volar el tiempo entre nosotros y sólo sentarme a ver la lluvia caer, esperar mientras vivo y sentir como las piezas encajan en su lugar con cada instante que pasa.

Sentir ésta magia en mi interior es lo más maravilloso que he llegado a experimentar, me encanta pensar en eso, pensar y pensar.

Descubro cada día algo más precioso de ti, la manera en que sueltas al aire esas palabras que están en mi mente es la razón de que me ría suave y sonría.

Te conozco de pies a cabeza, pero nada de ti deja de ser sorprendente, e incluso si lo supiera todo, encontrarías la forma de hacer todo nuevo e interesante.

No sabía de que madera estaba hecho el amor, ni como se podía expresar realmente. Podría decir que es de roble, inmenso, realmente crece lento, necesita tiempo y cuidados, pero una vez que está en su lugar, solo crece y perdura.

¿Y cómo expresarlo? En eso es un maestro mi pequeño gran amor.
No he conocido un día donde no haya sentido ese calor de ser amada durante este tiempo.

No diré nada sobre el mañana, pero se que nunca me dolerá pensar en tan hermosos sentimientos que albergo, de cualquier manera siempre será maravilloso haberte conocido y conocerte más.

Sueño contigo hasta donde las estrellas pasean, pero me encanta sentarme a pensar y ver las cosas progresar, sin necesidad de ilusiones aéreas vanas.

Te amo.

sábado, 1 de noviembre de 2014

Suspiros de media noche.

Una tarde soleada por la mañana, frente al espejo, contrariada.

-¿Y si sonrío a ver que tal?
¿Qué haré si no le gusto?.

...

Esa tarde.
- Quiero marcharme, todo va mal.

...

Esa noche.
- ¿Quién eres y porque me sonríes desde el espejo?

...

Un día nublado de marzo, entre sobresaltos.
- Oh, es tan lindo.

...

Un momento cualquiera, al caminar.
- ¿Y si lo ahorco?
¿Se puede a besitos?

...

Mirada al techo, confusión con rabia, plena media noche, tirada en la cama.
- Me ama, yo... tengo miedo y respondí tan absurdamente.
¿Y si ahora jamás me lo dice otra vez?

...

Un tiempo después, (y desde entonces).
- ¡Ay dios mío, como lo amo!

- Estoy orgullosa de él.

...

Hoy.

- Entre tantas letras que borro y pensamientos que no digo, me encuentro con que, las palabras clichés que use toda mi vida por fin cobran sentido.
Pero la del espejo está de acuerdo conmigo en que, soy afortunada en ésta vida, porque en cualquier momento por más oscuro que sea me basta un recuerdo y mi sonrisa ilumina todo lo que hago. Todo proviene de él y termina en él, mi amor, mi cordura, mi aventura de cada día, es lo que llena mi alma y atesoro en mi corazón. Él es mi jardín en medio del desierto, un paraíso tangible, soñado, pero real.

Mi suspiro de media noche, es que eres eso y nada más, real.

jueves, 30 de octubre de 2014

Ilusiones y maullidos.

Sentada, aconcojada quizá, pensativa quizá, en blanco quizá, pero ahí está mirando a la nada, bastante inerte ella.

- ¡Ha pasado horas allí! - comentan los ratones-, ¿que será de ella si sigue así?. Escurridizos se escabullen cuando la abuela aparece en la sala.

- Es manía de damas tristes peinarse sus largos cabellos - dice la abuela, tranquila y pausadamente.

- De tristes, de insuficientes, de mujeres que si quisiera llegan a damas también.

- Crees, más no cualquier mujer es capaz de pensar tristezas y aún darse cariño a sí misma.

-¿Eso me hace una dama? Peinarme y pensar sandeces?

- Cuéntame de las sandeces y luego decidiremos si eres una dama, querida...

- Es desconcertante... Amas, sientes el mundo a tus pies, flotas, vuelas, en sí, el mundo es perfecto! con un dedo, en un momento, dañas todo.

Los ratoncitos se miran unos a otros desconcertados y la madre ratona los calma. No ha hecho nada malo - les aclara - sólo está triste, pequeños.

La abuela  permanece distante un momento, le acaricia los cabellos a su nieta, sonríe y se da la vuelta sin nada más que decir. El fuego sigue ardiendo en la chimenea, y la tarde va cayendo poco a poco, se ve por la ventana, y ella ahora mirando a través se siente tan insignificante, una lágrima corre por su mejilla y los ratoncitos halan de su vestido.

Enjuga la lágrima con rabia y los ignora, sale al jardín y se dispone a pensar, un minuto después con los ratones aún tras sus pies, les habla.

- Les contaré una historia, pero calladitos, ¡eh!

Hace algún tiempo atrás, todo en una casa donde vivía un pequeño gato estaba colocado donde no debía, las tazas donde los platos y los platos en la cama, las almohadas en el piso y las baldosas en el techo, así más o menos se sentía.
El trataba y trataba de colocar las cosas en su lugar, pero al dormir todo caía en un sitio distinto, todo se cambiaba. El gato estaba harto y quería marcharse de casa, pero no tenía a quien acudir, qué hacer, dónde vivir.
Cada noche miraba por la ventana de la casa hacia las estrellas, y siempre, para su suerte pasaba una estrella fugaz, insistía siempre el gato:

- Estrella, estrellita, ordena ésta casa, deja mi alma tranquila.

Así meses pasaron y el gato seguía acostándose en el piso, cocinando en la cama y como no podía el pobre caminar por el techo, siempre llevaba doloridos los pies, y de tanto y tanto, un día se lastimo un pie, ya de noche y salió a la ventana gritando hacia la estrella:

- ¡Estrella grosera, insensible insensata, me ves sufrir y nada haces por mí! ¡No quiero saber de ti, ni quiero verte pasar por las noches!

Al día siguiente el gato continuó su rutina en casa, a la semana descubrió que las tazas si se ponían donde las tazas, allí se quedaban, que el mueble permanecía en el salón y las almohadas en la cama, feliz intento salir a cazar un par de ratones.

Los pequeños ratones se escandalizaron y empezaron a llorar. Ahora ése gato nos va a matar - lloriqueaban.

- No eran ustedes, terminaré de contar.

Pero a la puerta tocar, la sintió cerrada, y por más que intento, no logró abrirla. Cómo había sido tan austero en el tiempo en la casa estaba al revés, los vecinos jamás volvieron a dirigirle la palabra, y sus amigos cansados de que siempre estuviera amargado, habían decidido olvidarlo.

El gato gritó por ayuda, pero todos ignoraron su llamado, vio unos ratones por la ventana y les pidió que buscaran un gato para ayudarlo a salir. Los ratones riéndose, se marcharon; Cómo se le ocurre mandarnos a buscar un gato - comentaban -, ni que quisiera ser cena!

Cansado y lloroso le rogó a la estrella, pero notó de pronto a otro gato que lanzaba fósforos sin apagar desde más arriba de su casa, y que en realidad jamás había visto una estrella fugaz, sino fósforos apagándose en el viento de las noches. Ahora, rabioso, grito al viento unas cuantas groserías, golpeó la puerta y lloró hasta dormirse en el piso.

Por la mañana siguiente ya todo estaba desordenado otra vez, y el gato resignado, salió a la ventana a pedirle disculpas a la nada, se sentó en mueble que amaneció entre el baño y la habitación y sólo se sentó a pensar desconsolado.

Alguien tocó la puerta, y el gato como si tuviera plomo en los pies, se acercó para decir "No abre".

- ¿Podrías intentar?- susurró un maullido femenino.

La puerta abrió sin ninguna molestia, es gato río y la dejó pasar, era la gata vecina, la de arriba, ella decía que solo estaba por las noches, que siempre encendía una vela y lanzaba el fósforo por la ventana, "es tan bonito verlos apagarse al caer".

- Ya lo creo - decía el gato, risueño.

Con el tiempo todo volvió a su lugar, cada cosa que tocaba la minina se quedaba en su lugar, aunque ella no siempre los ponía donde el gato creía que debían estar, se sentía en orden y paz la casa. Al tiempo construyeron una escalera entre pisos y juntos reformaron la casa y la mejoraron, era un espectáculo.

- ¿y "Fin"? - exclamaron contentos los ratones.

- Pues sí, Fin, siempre que no lo eches a perder.

Y el menor de los ratoncitos dijo gracioso:

- No creo que el gato dañara algo bonito si lo quiere - acto seguido, se marcharon a la casa dejándola sola en pleno jardín.

Ella susurró distante:

- Exactamente, pero no desfalleceré, un día las cosas volverán a reposar en su lugar, o en uno nuevo, pero siempre será para mejor, eso espero.

Y sonriendo se columpió hasta que la noche llegó y un "fosforito fugaz" cruzó los cielos oscurecidos.

sábado, 25 de octubre de 2014

Te ví, morí.

Con los párpados resecos de salitre escribo éstas letras.

Ayer fue uno de esos días irónicos, que hace tiempo no tenía, donde insistinendo en recordarte el mejor día de mi vida, estaba viviendolo de nuevo, mientras me acompañabas caminando antes de irme a casa ésto pasaba por mi mente, ¿fue el mejor día de tu vida? Quizá tarde poco en empañartelo.

Cuando te miro hay un mundo por explorar en tus ojos que ya conozco, veo fronteras abiertas, veo el paraíso sólo posado en tus pupilas, siento en un beso la magia de la fugacidad, del instante mágico donde los sueños se hacen realidad, cuando te miro mis sueños están hechos realidad.
Pusiste flores en un jarrón roto, pusiste agua y mirabas las flores, jamás te detuviste a criticar al pobre florero acribillado que vendría siendo mis experiencias y recuerdos amortiguados con paciencia y la esperanza de que un día saliera el sol, y pensando siempre en que por más hoyos que tenga un queso, no ha de deformarse.

El día que escuché tu voz y contaste aquello que te atormentaba, mi vida cambió en un segundo, ya no existía yo en éste mundo, no estaba sufriendo sola, fue verte sufrir conmigo y no querer dejarte caer, te tenía en mis manos, y sólo pensé en que si tu podías sonreír, todo tendría sentido en esta vida, habría esperanza.
Cuando me hacías correr, tropezar y atreverme de un modo u otro a vivir fue cuando me despertaste y cada día fue distinto, mi vida era el universo mismo, incierto pero perfecto, y cada noche podía agradecer tu presencia y rogar que con el tiempo fuera fuerte para cabiar y ser mejor, para dejar atrás mis miedos como tu hiciste por mí, tendría que ser recíproca y superar como tú los miedos al amor, y con paciencia trato y trato, merecedor eres de todo lo bueno que tenga para ofrecer mi alma restaurada.

Cada vez que aprietas mi mano me siento segura, y cada cordón que atacaste fueron cariño, cada beso fue una lágrima que no saldría nunca más de mis ojos, cada día fue un sueño tan gigante, tan perfecot tan enorme que nunca acabo de creermelo, es como mirar las nubes de pronto y darse cuenta de cuan inmenso es el cielo y cuantas veces tenemos que mirarlo para darnos cuenta de lo hermoso que és y como de facil lo ignoramos.
 Eres tú la belleza que inunda mi ser cada vez que te veo, y es esa pequeña conmoción cada vez que no estás bien. y es cada encuentro lo que me asegura que siempre se puede ser mejor. Es una experiencia tan preciosa, es algo que debía ser, y no por mi, o por ti, o por que fueras feliz tu o yo, es porque fueramos, es por existir un nosotros por ver un mundo compartido, una vez oí que el mundo fue construido para dos y que sólo tiene sentido cuando eras amado, y en cuando descubrí lo que fueron las lágrimas de felicidad, las noches de cinversacuónes alegres y no de insomnio pude ver que allí fuera tenía el futuro que siempre había anhelado, sólo debía atreverme a tu mano.

Lo hice, y espero con mucha fé, y siendo más realista que nunca, espero que no te encunetres un día soltándomela, sino, haciendo el lazo más fuerte.

Te ví, morí,
como un colibrí,
que posado en la flor,
puede alimentarse de ella
y aún dejarla más bella.

Te ví, morí,
como una soga en el mar, 
que te conduce a la orilla
fuera de la tempestad
salvada de la pesadilla.

Te ví, morí,
Pero entre todo, renací.

A golpe del tiempo,
en cada momento
aprendí
esperé
Luche, vencí
Perdí, morí.
Te ví y para siempre
SONREÍ.

lunes, 7 de julio de 2014

Tengo fe.

Mi yo interior, la desconfiada de siempre, estaba atiborrandome con un montón de preguntas, me molesté y se las devolví todas, ahora en su infinita relajación, reflexionando, no me molesta más la existencia y yo contemplo el resquicio de sol que se escapa entre las hojas de un árbol justo encima mío.
Efímero, es una buena palabra para describir el momento, como cada segundo del tiempo, aunque no lo parece cuando dibujas con tus ojos la caída de las hojas o ves desde lejos los carros como juguetes en la autopista, allí pareciera eterno, perfecto.

Contagiada por mi yo interior me dejo llevar por los pensamientos profundos, y entre ese conjuro me envuelvo en recuerdos. Puedo responder a las dudas de mi consciencia con segundos enigmáticos. Y para la duda mayor, por la que han muerto tantas margaritas, "me quiere o no me quiere", se contesta con una palabra que salta a la mayoría de mis recuerdos, esa palabra es "juntos", acompañada de "contigo".
Pasa que nos acostumbramos a todo lo explícito, señalado, con flechas, iluminado, con tanto señalamiento que olvidamos como descubrir el amor en las pequeñas cosas, en un te quiero en un susurro para que nadie se entere, en el brazo que corrió a tu auxilio, en ese brillo en los ojos, en la sonrisa que (aunque ignores) tu causas, en un "te extraño", cada día que te defendió, cada desaire que consoló...

Siento ese cosquilleo gracioso enderezando mi espalda que termina como una gran sonrisa y es que, a esas respuestas, les tengo fe.

lunes, 28 de abril de 2014

Una carta obvia, jamás escrita.

"Chasquea la leña al fuego, lentamente se consume...

La vida misma puede ser vista de esa manera, nacemos y nos encienden fuego, un día nos volvemos ceniza que el viento se lleva para siempre, pero yo no lo creo, tantos años en un frío que hacía sonar mis dientes y congelaba mis mejillas, tantas lágrimas que ardían en mi piel pálida... ¿estaba al fuego? ¿Estaba viva siquiera?

Da escalofríos la idea; pero he visto tantos muertos en la calle, mirando sus pies que se mueven más allá de la consciencia que les queda. Pero no basta decir que se puede ser feliz; no basta mostrar un camino.
Algún escurridizo ser de pronto te enciende, la llama te incinera el alma, se lleva miles de cosas y de nuevo eres leña, vida, combustión y fuego.

No es creible la verdad, me parecía una idea tarada, hasta que el roce de un ser lleno de fuego mis mejillas y ardí sonriente por el resto de mi existencia.

Gracias por ser ese ser.

Con Cariño,
Mamá"



jueves, 6 de marzo de 2014

En la cumbre de la escalinata al cielo.

Mientras levemente pasa una brisa por mi piel, escucho risas y juegos de niños, la noche es bastante fría hoy, parece que no hay nada que decir acerca de eso. Es complicado ahora, mirar la ventana o encontrarse con un recuerdo escurriéndose en mis paredes, estoy en blanco, al viento, en una paz indecifrable.

Una y otra vez, brisa y escalofríos; hace tiempo que ya no pienso, no escribo y no tejiverso mi vida, ¿es cosa del ayer esa triste perspectiva?. Una vez preparo el hoyo, dónde aparentemente, caeré, escucho atenta cómo ya nada me hiere, las heridas sanas, no hay tiempo para sentirse mal, menospreciada, no es la idea ahora.

El tiempo cambia, las flores entornan sus cuellos al sol, y yo perpleja, una mañana de marzo, siento que éste es inicio del fin de mis malas venturas, el inicio de una vida sin miradas por la ventana, sin melancolía en el porvenir.

Y al final, me descubrí sonriendo a la memoria, y viviendo el ahora cómo si mañana ya no hubiera nada.

viernes, 21 de febrero de 2014

El tiempo, eso ha pasado.

Una parte de mi se cuestionaba lo que estoy pensando ahora mientras tomo una taza de té de unas hojas asquerosas, sin azúcar bajando por mi garganta a tropiezos, apoyo la taza vacía en el final de mi falda y me quedo mirando mis piernas descubiertas. La duda asalta así, de pronto, y recuerdo con rosotro inexpresivo cómo justo en la mañana, mientras tomaba la caja de los tacones negros de los que sin duda no me bajo en todo el día, se me han doblado las rodillas como si fuera a tomar algo del estante de abajo... está vacío, sólo hay cajas con bolsas mujillas que protegen ese montón de perfectas y variadas zapatillas.

Entonces, me pregunto... ¿Cómo diablos llegué aquí?

En retrospectiva, dejaba mis resfriados sin curar por no tomar bebidas calientes, no podía soportar usar una zapatilla ni en una fiesta, odiaba salir.. Es complicado, cuándo veo a una diva despeinada, perfecta, maquillada, reluciente en un top con un nudo, una falda alta y una mirada matadora. De pronto no reconozco quién sea ni de dónde salió. Luego mientras retocaba la luz de mi maquillaje, inerte sin entender que estoy haciendo, miro hacia la ducha vacía y la puerta cerrada, éste lugar es familiar, pero ha cambiado mucho.

Llego ajetreada a una oficina, parece que el mundo depende de mi, y ya tengo una taza de Espresso fuerte en mi mano, y voy bebiéndolo a sorbos y consulto el reloj, son las ocho, me siento fuera de lugar pero algo me impulsa a seguir caminando. Lleno papeleo, firmo cientos de papeles, discuto con personas que obviamente están bajo mi responsabilidad, creo que he contratado dos y he firmado un cheque de jubilación para una mujer algo mayor, de aspecto alegre, paciente y con rostro de necesitar estar en casa ya, y no trabajando para mi. Siento el respeto con el que me miran todas las personas y paso en frente a centenares de habitaciones llenas de voces, cantos y alegría que no me distrae, aunque internamente hace estragos con mis dudas.

Me parece que es medio día y reviso mi teléfono mientras estoy en una elegante feria de comidas, hablo con mi madre con tono de jefa, y me siento internamente vacía, veo el buzón sin mensajes nuevos y algo oprime mi corazón, ese sentimiento si lo conozco, se llama extrañar y ahí me siento un poco yo. De pronto, algo me espanta, veo una llamada entrante de alguien llamado "Annie", tiene una foto de una chica que reconocería como a mi misma, sólo que tiene una sonrisa muchísimo más radiante que la mía, pero esa sonrisa está vinculada con el sentimiento al ver el buzón vacío.

De nuevo, en el coche, voy con una decoradora, al parecer bastante costosa, pero no parece causarme el menor miedo firmarle un cheque de una cifra altísima que ella acepta con una sonrisa y promete terminarme "el trabajo" para dentro de tres días, pondrá todo su personal en ello.
Al salir del lugar veo una lista de cumpleaños de los empleados, tiene más de 50, ¿qué necesitaré yo con tanta urgencia?

En un santiamén de más visitas, más firmas, acuerdos, ceños fruncidos y mucho por hacer, llego a casa, me desmaquillo, guardo los tacones negros, me cambio y voy tan elegante para dormir como para salir. Me acuesto e inmediatamente, de un respingo termino de pie, corriendo para sentarme en un banquillo negro frente a un hermosísimo teléfono inalámbrico. Suena, respondo y allí tengo 15 años, por la forma en que hablo y bromeo, estoy encajando tan bien en mi mente y tan mal en lo demás justo ahora.

Cuelgo y doy saltitos de felicidad, me acuesto feliz y ahora veo lo que ha pasado, y me llena los ojos de lágrimas, soy yo misma, y estoy escuchando "17" de Avril alvigne con la cara entre las rodillas, intentando ser lo más minúscula posible. He crecido, han pasado exactamente 25 años, y ahora, tengo mucho por hacer, una hija de 18 años viajando en el exterior y un esposo que cuando me llama por teléfono me hace sentir como la niña pequeña que era cuando lo conocí.

Tomo un album de fotos y me pongo al día con mi vida, cantidad de éxito y sueños cumplidos llena esas fotos, al rato llega la sonrisa más perfecta del mundo junto con un ramo de rosas, me dice ¡Feliz Cumpleaños! y yo lloro de la emoción... Tengo 42, y media vida por delante, y me soprende pensar, que nunca he sido tan feliz con mi pasado como ahora mismo.


martes, 4 de febrero de 2014

Éste es un poema de inicio.

Éste es un poema de inicio,
cómo el sol saliendo en la mañana
haciendo brotar una semilla
para que crezca un hermoso girasol.

Ésta es una nota fugada,
de una melodía al compás de dos
que ayer por mis ojos tristes,
ante mi admiración, se me grabó.

Suena al riachuelo de la cascada,
al brío de un pájaro en mi ventana
cantando pronto en la madrugada.

Ésta es la nota suicida
que encontré en mi corazón,
entre manchones de alegría,
de allí,  la nostalgia se marchó.

Ésta es una fecha en mi agenda
cargada de mucha emoción,
cómo si la vida se detuviera
cuándo miro tu resplandor.

Éste es un poema de inicio
cómo tu mirada paciente,
que tan derepente
flechó un hueco corazón.


domingo, 19 de enero de 2014

Roba mi invisibilidad.

Estoy tocando notas invisibles de lo que ya no puedo sentir, "el dolor es mejor a no sentir nada" suelo decir, pero ésto está acabando con todo sentido.. Parece que voy al borde, al imprudente borde del precipicio.
No estoy en el suelo, ni de pie, y es cobarde mantenerme así, ni de rodillas estoy, hace mucho que no lo estoy. No puede despejarme el suelo frío, no arregla nada sentirme de nuevo en el vacío.

Parece que no me dejo tiempo ni de respirar, una tarea nueva quizás matará éstos pensamientos... Apúrate, no hay tiempo mañana, ni lo habrá. Cada día estoy tratando más fuerte de no verme destruida al espejo, y sólo noto que logro lo contrario, pero me aferro, mañana lo que hago se notará más que las lágrimas que de los ojos me empiezan a brotar cuando tengo tiempo de pensar.

Atragantadas las dudas en un té, estoy cansada y ya lo sé, de nada sirve irme a dormir, si mi cabeza no descansará ésta noche ni nunca más. Parece que estoy esperando que por fin lo justo toque mi puerta, y veo que llega a mi puerta sino a mi, quizá hoy es mi fin.

No sé como terminar, ni siquiera quiero pensar en comenzar, ¿alguien me puede decir cómo continuar?, estoy aquí esperando que un soplo de viento me lleve hacia donde halle felicidad. ¿Podrías tu guiar mis manos llenas de heridas?, podrías tu abrazarme y poner cada trozo de mi alma en su lugar?. quiero reir, volver a vivir como si no quedara tiempo para disfrutar el momento un poco más, no para agotar los momentos para evitar recordar.

Dame una razón para sentir que sigo aquí.

martes, 14 de enero de 2014

Estrella fugaz, cúmpleme éste deseo...

 Abrí mi pecho y tomé la pulpa fribrosa que un día contuvo sentimientos, tomé de la repisa los frascos con etiquetas por meses del último año, llenas de un líquido salado que solía surgir de mis ojos; mezclé todo en un tazón con restos de las pinturas que antes nacían de mi...

 Puse todo en un tamiz, con una pluma, cinco entradas de cine usadas con malos recuerdos picadas en trozos, unos pétalos de una rosa de mi decimoquinto cumpleaños, restos de un disco con esa canción que te cantaba... Todo ésto a modo de adorno., hice una linda hoja de papel rojizo.

 La dejé secar al sol por unos días, mirándolo por horas. La picó un pajaro, la relamió una mosca, la olfateó una abeja y fue pista de aterrizaje de avispas. Al final, sólo era un papel seco que ni los insectos y pajaritos notaron ya.

La tomé y despacio escribí:

El cielo parecía pintura...
 y tu risa 
¡oh!
tu risa
 eterna melodía mía.

Las montañas parecían hormigas
y el sol,
¡oh!
el sol
cristalizado resplandor.

La calle parecía castillo
y las flores,
¡oh!
las flores
parecían indicarme el camino.

La vida parecía un poema,
y la felicidad, 
¡oh!
la felicidad
inundaba mis venas.

Pero ya no encaja aquí,
belleza y dolor
en éste destripado corazón.

Pasó el tiempo y la hoja se avejentó, se hizo polvo...
Un día, tras unos pasos rápidos y el dibujo fugaz de una sonrisa, se fundió amor con sacrificio y se creó un aperlado y lindo cristal, en forma de corazón, teñido de rojo, solemne y perfecto fue llevado en el pecho a un encuentro esperado, a ser llenado de mucha risa, bañado en sol, cubierto de felicidad y repelente al dolor.

Estrella fugaz,
cumpleme éste deseo...
Yo tengo el recuerdo feo,
Tú hazme un corazón de trofeo.