sábado, 1 de noviembre de 2014

Suspiros de media noche.

Una tarde soleada por la mañana, frente al espejo, contrariada.

-¿Y si sonrío a ver que tal?
¿Qué haré si no le gusto?.

...

Esa tarde.
- Quiero marcharme, todo va mal.

...

Esa noche.
- ¿Quién eres y porque me sonríes desde el espejo?

...

Un día nublado de marzo, entre sobresaltos.
- Oh, es tan lindo.

...

Un momento cualquiera, al caminar.
- ¿Y si lo ahorco?
¿Se puede a besitos?

...

Mirada al techo, confusión con rabia, plena media noche, tirada en la cama.
- Me ama, yo... tengo miedo y respondí tan absurdamente.
¿Y si ahora jamás me lo dice otra vez?

...

Un tiempo después, (y desde entonces).
- ¡Ay dios mío, como lo amo!

- Estoy orgullosa de él.

...

Hoy.

- Entre tantas letras que borro y pensamientos que no digo, me encuentro con que, las palabras clichés que use toda mi vida por fin cobran sentido.
Pero la del espejo está de acuerdo conmigo en que, soy afortunada en ésta vida, porque en cualquier momento por más oscuro que sea me basta un recuerdo y mi sonrisa ilumina todo lo que hago. Todo proviene de él y termina en él, mi amor, mi cordura, mi aventura de cada día, es lo que llena mi alma y atesoro en mi corazón. Él es mi jardín en medio del desierto, un paraíso tangible, soñado, pero real.

Mi suspiro de media noche, es que eres eso y nada más, real.

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