sábado, 25 de octubre de 2014

Te ví, morí.

Con los párpados resecos de salitre escribo éstas letras.

Ayer fue uno de esos días irónicos, que hace tiempo no tenía, donde insistinendo en recordarte el mejor día de mi vida, estaba viviendolo de nuevo, mientras me acompañabas caminando antes de irme a casa ésto pasaba por mi mente, ¿fue el mejor día de tu vida? Quizá tarde poco en empañartelo.

Cuando te miro hay un mundo por explorar en tus ojos que ya conozco, veo fronteras abiertas, veo el paraíso sólo posado en tus pupilas, siento en un beso la magia de la fugacidad, del instante mágico donde los sueños se hacen realidad, cuando te miro mis sueños están hechos realidad.
Pusiste flores en un jarrón roto, pusiste agua y mirabas las flores, jamás te detuviste a criticar al pobre florero acribillado que vendría siendo mis experiencias y recuerdos amortiguados con paciencia y la esperanza de que un día saliera el sol, y pensando siempre en que por más hoyos que tenga un queso, no ha de deformarse.

El día que escuché tu voz y contaste aquello que te atormentaba, mi vida cambió en un segundo, ya no existía yo en éste mundo, no estaba sufriendo sola, fue verte sufrir conmigo y no querer dejarte caer, te tenía en mis manos, y sólo pensé en que si tu podías sonreír, todo tendría sentido en esta vida, habría esperanza.
Cuando me hacías correr, tropezar y atreverme de un modo u otro a vivir fue cuando me despertaste y cada día fue distinto, mi vida era el universo mismo, incierto pero perfecto, y cada noche podía agradecer tu presencia y rogar que con el tiempo fuera fuerte para cabiar y ser mejor, para dejar atrás mis miedos como tu hiciste por mí, tendría que ser recíproca y superar como tú los miedos al amor, y con paciencia trato y trato, merecedor eres de todo lo bueno que tenga para ofrecer mi alma restaurada.

Cada vez que aprietas mi mano me siento segura, y cada cordón que atacaste fueron cariño, cada beso fue una lágrima que no saldría nunca más de mis ojos, cada día fue un sueño tan gigante, tan perfecot tan enorme que nunca acabo de creermelo, es como mirar las nubes de pronto y darse cuenta de cuan inmenso es el cielo y cuantas veces tenemos que mirarlo para darnos cuenta de lo hermoso que és y como de facil lo ignoramos.
 Eres tú la belleza que inunda mi ser cada vez que te veo, y es esa pequeña conmoción cada vez que no estás bien. y es cada encuentro lo que me asegura que siempre se puede ser mejor. Es una experiencia tan preciosa, es algo que debía ser, y no por mi, o por ti, o por que fueras feliz tu o yo, es porque fueramos, es por existir un nosotros por ver un mundo compartido, una vez oí que el mundo fue construido para dos y que sólo tiene sentido cuando eras amado, y en cuando descubrí lo que fueron las lágrimas de felicidad, las noches de cinversacuónes alegres y no de insomnio pude ver que allí fuera tenía el futuro que siempre había anhelado, sólo debía atreverme a tu mano.

Lo hice, y espero con mucha fé, y siendo más realista que nunca, espero que no te encunetres un día soltándomela, sino, haciendo el lazo más fuerte.

Te ví, morí,
como un colibrí,
que posado en la flor,
puede alimentarse de ella
y aún dejarla más bella.

Te ví, morí,
como una soga en el mar, 
que te conduce a la orilla
fuera de la tempestad
salvada de la pesadilla.

Te ví, morí,
Pero entre todo, renací.

A golpe del tiempo,
en cada momento
aprendí
esperé
Luche, vencí
Perdí, morí.
Te ví y para siempre
SONREÍ.

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