viernes, 27 de febrero de 2015

Maravillas.

¡Oh, Cariño mío!, flor de mi jardín, ¿puedes tú decirme, qué sería de mi.. sin tí?

Tengo dos colitas separando mis cabellos, una sonrisa en los labios y un pretexto para musitar palabras de amor; tengo un té que jamás preparo, pero en mi mente sabe muy bien, una canción que mis dedos poco a poco van tocando pero que mi cabeza la reproduce a millón, te tengo, travieso, bromeando sin razón.

Ocurre que me cabe la felicidad en una cajita, pero que si la abro daría paz al mundo; ocurre que si me duermo temprano, me siento la más desafortunada del mundo; pasa que la luna hermosa me espera a que la vea, pero yo tengo muchas mas bellezas que ver.

Sucede que se me olvida decirte que estoy sana y salva en casa, porque estoy muy ocupada, acurracada en mi ropa usada que da ese leve olor a una tarde de muy buena compañía. Me pasa que te pienso mucho, pero para hablarte pienso poco, me pasa que los nervios no se me han ido en el tiempo ni un tanto menos, cambiaron, como yo, pero si fuera un cambio de oruga a mariposa, seguro vería a ésta escondida arrastrandose y comiendo hojitas.

Comentan que soy imprudente, un tanto impaciente, volátil y poco sutil, resulta que no se de que me perdí, iba a comentar algo bonito, seguro empece hablando de Peter Pan y se convierte de pronto en Godzilla; ¡vamos! piensa luego habla, luego escucha, luego piensa... bien, estaba pensando otra vez, ¿crucé la calle sin ver? Halan mi brazo, eh si, creo que ese auto no lo ví.

Poseo un caballero sin caballo, el futuro hombre del año, el más paciente de todas las criaturas que éstos ojos han detallado alguna vez; lo he visto preocupado, aconcojado; y aveces me siento tonta al pensar, que en ningún momento falta uno de mis mas recurrentes pensamientos, bajo cualquier sentimiento el inconsciente me susurra indiscreto: "Se ve tan hermoso", poseo un caballero realmente hermoso de ceño fruncido por mi actitud, pero que no tiene similitud con el mundo exterior, es único, precioso y tan amoroso.

Tengo toda la valentía de cuidar mis vestidos, mirar a los lados antes de cruzar, de recordar y ser cortés, de hablar menos y analizar el momento, de no juzgar y pensar discreta esas cosas feas que se suelen notar; tengo toda la valentía de hacerte sonreír cuando estés mal, de hacerte creer que el cielo turquesa y te llamé a las 6, pero también de retractarme de lo que no se.

Conozco unos ojos de un color muy hermoso, es como mezclar chocolate y café, con la unión de sentimientos bonitos, con un cielo lleno de esperanza como fondo y chispeado con proyectos para el futuro, enmarcado con mucha fe y promovido con mucho esfuerzo, como una obra de arte que apenas ves, te cambia la forma de ver el mundo, que te inspira a no perderte ahí para siempre, sino para ver al mundo con valentía y no perder de vista una moto en la autopista, que te hace encarar al mundo aún con las manos vacías y sin protección, que te hace sentir en casa en medio de una noche sin alegría.

Susurro que es el hombre de mi vida, pero mejor le digo que le amo, suena menos al mañana indescifrable, suena más a la tarde de hoy y a ese beso en la frente que me carga de emoción.

Tengo recuerdos para montar la mejor película de Romance que nunca viste, la que te pareció cursi y a la que le ganó una de terror; pero que estoy segura que a mi lado vería. Albergo recuerdos de cuando medio dormida en el taxi, sostenías con mucha dedicación mi cabeza, para que ningún movimiento se atreviera a despertarme; tengo garabatos más valiosos que todos los museos de París que hicieron mi novio y amante, siempre campantes.

Repito la firma más hermosa del mundo, que no puedo evitar pensar como tu la trazas para que quede más artística y menos un desperdicio de tinta en un formulario; repito en mi mente tus lecciones de vida, tus argumentos y tus salidas.

Tengo mis cabellos lisos enmarcando mi rostro, una sonrisa pícara y la vista fijada en tu ventana; el cuerpo escondido por si sales antes de que lo que yo pensé, y los brazos listos para el mejor abrazo del mundo, apareces y te 'asusto' sonriente.

¡Oh, Príncipe mío!, ¿has visto de cuantas maravillas me has proveído?

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