miércoles, 29 de febrero de 2012

Solo, quiéreme.

Nada buscaba, nada perdido; tu en tu mundo, yo en el mío; cada cual indiferente a donde nos llevarían las coincidencias dementes.
Quizá un segundo, ese simple momento, una sensación distinta, algo totalmente nuevo, bastó para atraparme aquel simple detalle, un poco de curiosidad comenzó el espionaje.
De esos segundos, de esos momentos, surgieron días finalmente perfectos, sin nada que cambiar, todo por recordar y la esperanza reservada de un día igual más.
Con poesía entrecortada y mas gestos que palabras, pasan las horas en casi nada, como si se detuviera el reloj a observarnos caminar mientras mi expresión dice todo y más.
Brillante timidez, risa contagiosa, todo de ti se vuelve una prosa; hay tanto que decir, tanto que escribir pero todo se resume en ti.
Cinco letras formando un nombre, dieciocho más para completar, cuatro me robé yo y te dí nueve más, para perfeccionar lo casi perfecto, sólo le faltaba mi dulce imperfecto, para crear la armonía del nombre que más me gusta hace tantos días.
Mírame de nuevo así, escóndete de nuevo en mis cabellos, acompáñame a explorar el cielo mirando juntos desde el mismo suelo, sonríe una vez más, que si causo una sonrisa sonrío diez veces más. Quédate sin palabras, háblame demás, cuéntame esas historias que me alegran de nada. Suspira y calla, habla y sonríe.. yo sólo esperaré a ver que decides, hay miles de opciones, si las cuentas son millones, pero con sólo un par me he de conformar, pues una mirada bastará para hacer que este corazón vaya latiendo más de lo normal.
Abrázame dos segundos más, roba otro beso escondido, convierte lo planificado en lo más inesperado, transforma mis sueños en tonterías, logra que mi realidad valga mas que ellos en mi vida.

Simplemente, quiéreme y no pido nada más, todo allí va incluido.

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