El atardecer cae sobre las montañas, las estrellas se elevan, me dicen que ha muerto el sentimiento y la musa de inspiración que en tardes me llevó a escribir de amor, va vacilando en el viento como una burbuja por estallar en cualquier momento; pero me da igual, se fue, voló sin más lejos de mi.. Pero lo dejo así, tal cual, pues la ausencia que no duele es la presencia que no falta.
Si ves bien al cielo allí hay miles de estrellas pero no todas se ven, han muerto, ya no brillan ni resaltan, sabes que estuvieron allí pero no podrías encontrarlas; si alguna vez me recuerdas y piensas en que nos pasó, señala un espacio oscuro en el cielo nocturno y dí sin temor: "Ese amor es una estrella muerta en el cielo".
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