Camino descalza, huyo del aire que pasa; recorro el camino, como la historia de un vino dejándolo envejecer.
Un torpe suspiro se escapa si miro que el amanecer espera paciente y tan transigente, como una historia demente esperando que mi complicada mente se digne a aceptar, como el susurro de música angelical que se desvanece y aparece según me convence o aleja tu mirar.
Con el recuerdo convivo, ese fiel amigo causante de lágrimas vagas, de sonrisas eternas y magias gitanas; que por ahora me alegra y acongoja, me toma y me arroja al punto de desaparecerme, pero me río como si nada, recuerdo esa simple mirada y las aguas turbias se aclaran mientras caigo lento a la realidad, van despacio mis pasos llenándose de piedad y entonces el cielo me dibuja un quizá..
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