¿Que dice un poeta luego de cumplir años?
Claro, si se me puede llamar poeta, más con mi gran originalidad no se me ocurre más que decir: "Feliz Cumpleaños a Mi!"
Si, y aquí voy, les aburriré de nuevo con otra de mis grandes historias sobre días absurdos, pero ayer fue.. Perfecto.
Horas para llegar el gran día, me repetí todo el santo día, solo es una fecha más, un día más y ya está.
En casa mamá lucia nerviosa, vigilando la nevera en guardia incesante y yo tan ignorante solo miraba atontada; Papá llega en medio de sus pasos sigilosos, lástima que corrí a él y arruiné la sorpresa, para luego decirme que además del gigante rosado tenía un gran pastel guardado, que mi madre había cuidado más que a ella misma, luego dormí aburrida, con mamá detrás casi ahogándome.
Abrí los ojos en un profundo bostezo, algo gigante con un lazo rosa interrumpió la monotonía de mi habitación, ¿¡Qué regalo es tan grande?!, entraron mis padres, me dieron más cosas aún, yo como un viejo ciego, sin lentes ni un carrizo ¡no veía nada!, pero apenas pude corrí a la caja gigante; quería sacarme la duda de que diablos era.
Anonadada miré el teclado, tan cual como lo deseé fugazmente.. allí estaba y era mío, pero no pude ni tocarlo, a correr.. ¡Es miércoles tengo clase!
Y por cierto Mamá, amé tu carta, aunque ya desaparecida esté, casi lloro contigo.
Olas de abrazos me ahogaron, miles de "Graaacias" pronuncié, pasaron las horas y salí disparada de nuevo a casa, unos mensajes hermosos me hicieron sonreír un rato más, me deslicé junto al teclado, que acaparaba mi cama, y apenas lo disfrutaba cuando a clases otra vez, sin hacer casi nada salimos temprano, caminando llegamos a mi adorada Alameda, con Mafer, sus carreras y el huevo de chocolate que ella quiso empollar. Logramos salir, ahora.. a casa.
Aún me esperaban más detalles, yo esperando 1 regalo, y los demás no contaron con ello, buscaron 100; ella allí conmigo rió y juntas hurgamos en los más detallados recuerdos que ya son bastante viejos, y de nuevo a las carreras salimos a comer, creo que ambas aprendimos que pizza y chistes juntos no se combinar, casi nos ahogamos entre tantas tonterías.
Unas vueltas, ella a su casa, nosotros a pasear bien lejos, volvimos y tras un soñoliento Cumpleaños Feliz, la torta pudo lucirse frente al ramo que en la mañana me habían regalado, entonces comí y dormí.. Quizá pensando que entre menos esperas más premios te concede la vida.
Y pensar dulcemente que empezaré un año más de mi vida, desde cero, junto a ti.
Mi más sentido agradecimiento por todos los que estuvieron allí para hacer que un día sea mejor que un sueño, los amo, pero eso ya lo saben, gracias a todos.
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