En un silencio inquebrantable surge el recuerdo de las palabras de hace unas centenas de días, él proclamaba que los años se desvanecerían, pasando fugaces entre los sueños y planes idealizados en un mundo de muchas caras y localidades. En aquella certidumbre se encontró creencia y nada fue mentira, cada mes se convirtió en día, cada noche se transformó en vida.
No ha pasado tanto, pero sonaría delicioso pensar que mucho ha pasado y se han de encontrar, que tiempo y lugar se habrán conectado y las melodías suenan al unísono en el mismo recinto, es tan delicioso pensar entre tanto obrar por el mañana escrito.