Apuesto que quizá serán las 3 am y estarás despierto.
Apuesto que no has podido dormir con ese dolor de estómago entre el hambre y las nauseas.
Apuesto que aún te pasas por la ventana a simplemente admirar la ciudad.
Apuesto que sigues ahí, preguntándote alguna vez en la semana que fue de mi, viendo esas cosas mías que siguen ahí.
Apuesto que te preguntas qué pienso ahora de ti.
Apuesto a que no leerás ésto, y la verdad, ya no te apuesto a ti.